Cuando Jesús los oyó, les dijo: «La gente sana no necesita médico, los enfermos sí. No he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son pecadores».
Marcos 2:17 NTV
Cuando nos creemos buenos, que no pecamos y que todo lo hacemos bien estamos rechazando la Cena con Jesús. Nosotros nunca hemos sido, ni seremos buenos. Puede que hagamos acciones que indiquen que lo somos pero en el fondo necesitamos un sanador porque estamos dañados. Nuestro ADN está contaminado y hay personas que hoy no quieren reconocer esto.
Si yo paso tres días o una semana, o hasta años, sin pecar, esto no ha quitado mi condición de pecador. Esto tan solo me ha hecho quizá más fuerte en la fe y frente a los demás. Pero sigo siendo un pecador.
Jesús estaba con los pecadores en aquella cena. Y quienes eran los pecadores? No sólo eran los cobradores de impuestos que estaban allí. ¡Los discípulos también estaban allí!
Los discípulos de Jesús por más milagros que hagan, por más lenguas que hablen, por más paralíticos levanten, pese a todo esto, siguen reconociendo que son pecadores que están siendo transformados por cristo hasta el día de su venida. Siguen reconociendo que necesitan esa cena con Jesús diariamente, sentarse con él y permitirle que sane su corazón y los haga nuevos una vez más.
Si alguna vez has creído que no necesitas esta renovación este es el momento de pedirle perdón a Dios. Tu sigues siendo un débil pecador que necesita al Maestro. Ven, te invito al cenar con nosotros y conozcamos más de Jesús, escuchemos su voz y rindamonos ante él, pues el es nuestra fuerza, fortaleza y primer amor.
Por siempre, amén.
Kristver Astacio
